Todos los que nos dedicamos a la logopedia, y los compañeros que trabajan en la enseñanza, solemos encontrarnos con niños/as que sin tener una discapacidad auditiva o mental, realizan una adquisición y desarrollo del lenguaje de forma inadecuada. En estos niños nos llama la atención que a pesar de que no presentan déficits evidentes no llegan a alcanzar resultados satisfactorios, suelen costarles prestar atención distrayéndose con facilidad, son inquietos en ambientes ruidosos y no siguen bien las instrucciones. ¿Qué pasa?, ¿cómo podemos solucionarlo? Cuando nos encontramos con estos niños/as comprendemos que nos encontramos ante un trastorno del procesamiento auditivo central; esto ocurre cuando el cerebro no localiza, no discrimina, no reconoce y no comprende lo que oye, por lo que no procesa bien la información auditiva. Cuando este procesamiento auditivo de la información falla hay dificultades de escucha, atención, aprendizaje y lenguaje. Se suele diagnosticar tarde y muchos de ellos tienen un diagnóstico erróneo sobre todo porque suele coexistir con otros trastornos como TDAH, TGD, TEL, Dislexia, problemas de aprendizaje… Pero mi hijo/a oye bien… Oír y procesar auditivamente no es lo mismo. Para poder procesar auditivamente de forma adecuada necesitamos un buen funcionamiento del oído, pero un buen funcionamiento del oído no garantiza un procesamiento auditivo de la información óptimo. ¿En que influye el procesamiento auditivo de la información en el desarrollo del lenguaje? Para que el proceso de desarrollo del lenguaje se dé de una forma adecuada es necesario no presentar dificultades en las habilidades que están implicadas en el procesamiento auditivo. Estas habilidades implicadas son (Nicolosi y cols 1996; ASHA 2005; Cañete 2006):

  • Localizar la fuente sonora.
  • Diferenciar sonidos y sonidos del habla, detectando si estos son iguales y diferentes y sus cualidades sonoras.
  • Habilidad para detectar los distintos aspectos temporales en una señal acústica.
  • Poder identificar un sonido con la fuente o situación que lo produce.
  • Identificar un sonido o palabra enmascarado por un ruido de fondo. Reconocer dos estímulos sonoros presentados de forma simultánea.
  • Comprender la totalidad de una palabra, aunque falte parte de la información.
  • Poder almacenar, recordar y reconocer el orden de presentación de estímulos auditivos verbales y no verbales.
  • Habilidad para atender a estímulos presentados en un oído, ignorando los que se presentan de forma simultánea en el oído contrario.

Un deterioro en estas habilidades, por lo tanto un déficit en el procesamiento auditivo de la información implica alteraciones en la percepción auditiva, lo que genera dificultades en las representaciones fonológicas. Estas dificultades en las representaciones fonológicas provoca un déficit en el lenguaje oral y en la adquisición de la lectoescritura. Nuestro sistema de aprendizaje de la lectoescritura esta diseñado para solventar estas dificultades, de una forma sistemática y con un vocabulario concreto que ayude al niño/a a comprender la tarea que realiza y viendo que es capaz de leer desde el primer día. Sin frustración y con solo unos minutos al día. CONSULTANOS.