Disfemia

La tartamudez es un trastorno que afecta fundamentalmente al habla. Las alteraciones de la fluidez más representativas de la tartamudez consisten en repeticiones de sonidos, palabras o frases, así como en prolongaciones de sonidos, bloqueos o segmentación de palabras.

Tartamudez infantil
La tartamudez puede iniciarse a los dos años y medio, época de mayor expansión del lenguaje del niño, y es en este momento dónde debemos evaluar y hacer un diagnostico diferencia entre difluencia evolutiva y tartamudez.
Se debe iniciar tratamiento de la tartamudez en el momento de la aparición, antes de que se instaure en el niño como un trastorno definitivo.
Iniciar el tratamiento de forma temprana es fundamental; si según estudios, el 5% de los niños comienza a tartamudear en torno a los 3 años, en el 20% de estos niños la tartamudez será persistente; si no intervenimos de forma temprana reducimos la capacidad de recuperación de estos niños ya que durante este periodo que se espera, a ver si remite de forma espontanea, ni los padres ni los niños están recibiendo las indicaciones adecuadas, lo que genera mayor estrés en los padres, no están informados de las pautas generales a seguir, sin una evaluación por parte de un especialista no tienen información personalizada de lo que deben hacer con respecto al niño y el niño permanece solo con su dificultad para hablar y sin recibir un modelo adecuado, ni pautas que le orienten y esto puede hacer que el niño reaccione de forma negativa a las disfluencias, buscando compensar con otras partes del cuerpo y generando tics, realizando movimientos con los ojos, sustituyendo palabras, evitando hablar….

Tartamudez adulta.
En el adolescente o adulto que tartamudea es importante un entorno que acepta, no hacerlo y dejar pasar el tema, supone abandonarlos a su suerte, con sus dudas, miedos y frustraciones. Aceptar es el primer paso para ayudarle.
La tartamudez no es un trastorno de acceso al léxico ¿para qué trabajar con listado de palabras?; ni de habilidades motoras ¿para qué trabajar práxias?, ni un problema respiratorio; la alteración respiratoria, si la hay, es consecuencia de la tartamudez y no causa; y no es por “los nervios ¿para qué trabajar respiración?”; entonces… ¿Qué tenemos que trabajar?
– La colaboración familiar y escolar.
– Modificar el patrón de habla por medio de enlentecimiento, inicios e impactos articulatorios suaves, fraseado, trabajar desde los grupos fónicos, etc…

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