Ansiedad y tartamudez. Derribar un mito.

Si nos ponemos a preguntar a la gente cual cree que es la causa por la que las personas tartamudean, muchos contestaran que lo hacen por nervios o ansiedad. La idea que existe de forma generalizada de que las personas que tartamudean lo hacen porque son nerviosas puede venir del hecho de como percibimos a la persona que tartamudea cuando habla, si percibimos que siente incomodidad o que habla muy deprisa…

La realidad es que la mayoría de los estudios demuestran que el nivel de ansiedad de una persona que tartamudea no es diferente al de una persona con habla fluida. Hay pocos estudios que apunten a un aumento de la ansiedad en los adultos que tartamudean, pero estos estudios no consiguen los mismos resultados en población infantil ¿Por qué?. Puede ser que esto lo que indique es que ese aumento de ansiedad venga por la convivencia con la dificultad del habla durante su vida, lo que convierte a la ansiedad una consecuencia de la tartamudez, pero no en una causa.

Si que pasa, que muchas veces, nos encontramos con pacientes que tartamudean que nos dicen que su tartamudez aumenta en los días que se sienten mas estresados pero ¿no le pasaría lo mismo a una persona fluente?.

A cualquier persona fluida, en una situación en la que se sienta nervioso puede ser menos eficaz a la hora de controlar su habla y sentir que deja de ser fluido y eso provocarnos ansiedad, estrés, falta de confianza… Estas propias sensaciones que puede percibir una persona fluente cuando tiene disfluencias, son las que podriamos pensar que debe tener la persona que tartamudea, de ahí la idea de que esa es la caus que crea sus disfluencias.

Si la causa de la tartamudez fuese la ansiedad, bastaría con que practicase técnicas de relajación para hablar fluido ¿no?, pero la realidad no es esa. Derribemos este mito.